Surf sobre ondas expansivas
Vivimos un tiempo de terror. Muchos optan por no pensar en ello, o por no escuchar las noticias. Es normal, ya que resultan insoportables. Yo no puedo evitar seguir con atención diaria (con toda la atención con que se puede seguir desde lejos y desde la poca información que recibimos) el espantoso sucederse de amenazas crecientes que parecen no dejar ningún margen de duda a que vamos a llegar a las manos. Como no puedo hablar con nadie de ello –sería de mal gusto– me pongo a escribir notas de lo que acontece. Con libertad, la poca que nos queda. He descubierto que me tranquiliza… Curioso que no sea de buena educación hablar de lo que pasa… Curioso que preguntes a gente joven y nadie sabe qué es un Oreshnik… Nadie sabe qué es la nueva doctrina asimétrica… Ni hasta qué punto es peligroso nuestro psicópata expulsado de una escuela, y con armamento en casa. Benditos sean.