A un mar y un océano de distancia, Trump dice barbaridades como catedrales (están celebrando la restauración de una catedral y eso confunde).
¡¡¡Los que dijeron que lo del 6 de enero estuvo mal deberían estar en la cárcel!!!!
El mismo día, un tribunal declara de manera solemne que Trump no tendrá inmunidad en este caso, y que se le tratará como a un ciudadano más.
Hace un par de años, una amiga, me preguntó cuál sería para mí un buen regalo de navidad… Contesté –aún me sorprende-, “Que pongan a Trump en la cárcel”.
No podía imaginar que acabaría venciendo estas elecciones de noviembre….
En fin. Allí le tenemos, preparándose para decir locuras con la esperanza de que por ser presidente de nuevo, se las aceptemos.
Juro que no sé quién me parece más peligros ahora mismo, si Putin o Trump.
Tengo la sensación de que Trump nos va a costar lo indecible…
El presidente surasiático gimnasta se ha conseguido salvar, pese a que venía muy muerta la cosa. Asombroso. De “no parece que pueda durar mucho” a “igual se lo perdonan”.
En Ucrania, demasiado silencio.
¡La mesa redonda de Trump! da para echarse a temblar.
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