Putin está en ese raro sitio del que quiere entrar toda la vida en un círculo… y no puede. Por eso me recuerda la fábula del lobo vegetariano que quiere entrar en el cielo, de Ferlosio. El cuento es una maravilla, y lo lamento si cuento el final.
Después de unas cuantas páginas en que el lobo se hace vegetariano para entrar en el cielo, y se le cierran las puertas del paraíso, por asesino, por ladrón, etc, llega el lobo colmado de espiritualidad y, no recuerdo si San Pedro o quien le para en la puerta y le dice “No, no puedes entrar en el paraíso, esta vez por lobo”.
Pero el caso de Putin está incluso desprovisto de esta divina dimensión ferlosiana, y es más un chulobarrio a quien los seguratas han echado a la calle de malas maneras.
Pero el chulo barrio tiene en casa un pequeño arsenal. Y esto suele acabar mal.
Kommentare